Volver a sentir sus labios con los míos. La chispa que crean el roce de nuestra piel. Mis sentidos más despiertos que nunca. Los había echado tanto de menos, la había echado tanto de menos. Quería detener el tiempo o congelar este momento. Que el mundo dejase de girar y que solo girasen nuestros cuerpos revolcándose en la cama. Que el sonido de nuestros besos fuesen lo único que se escuchase y que el susurro de nuestros "te quiero" sean las únicas palabras que sepamos pronunciar. La lentitud de sus besos quemaban, ardía en mi cuerpo. Lo había necesitado tanto que volví a llorar, pero esta vez al compás de sus besos. Eran tan perfectos. Me mataba cada vez que sonreía al besarme y las veces que mordía mi labio con ganas de devorarlo. La deseaba tanto... la quería tanto...
Pensé que me olvidaría de ella y de sus besos, sus caricias, esa forma tan suya de erizarme la piel con tan solo el roce de sus dedos... pero solo me acostumbré a vivir sin ello. Aunque hoy me di cuenta que, una vez más, con ella, me equivocaba.
Solo he estado esperando a que volviera.
Porque nunca dejé de quererla, si no cada día que pasaba más la necesitaba a mí lado.
Tantos pensamientos en mi cabeza, el surco de mis lágrimas, sus besos como sello.
- No puedo verte así. -dijo separando nuestros labios mientras acariciaba mi cara con ternura.- No llores más por favor...
- Es de felicidad...
- ¿Por qué?
- Porque estás aquí, a mi lado, conmigo. Volver a tenerte aquí, a tan solo un metro de mi, respirando. Te he necesitado en tantos momentos y nunca has estado.
- Shhh, ya está gorda. Estoy aquí y no me voy a ir.
- Te he echado de menos.
- Yo a ti, no te imaginas cuanto.-dijo volviéndome a besar.
Nos acomodamos en la cama, le dejé un pijama que traía de repuesto. Nos quedamos abrazadas bajo las sábanas. Sin separar nuestros cuerpos ni un milímetro. El silencio no nos molestaba, no era incómodo. Había echado de menos hasta eso. Podía escuchar su respiración sobre mí, notaba su corazón acelerando junto al mío. Nuestras manos también se habían echado de menos, les gustaba recordar como jugaban entre ellas con los dedos. El olor de su pelo, era como la primavera enlatada, podías sentir como afloraban las flores las cuatro estaciones del año. Su frescura. Sus ganas de mi. Mis ganas de estar con ella.
- ¿Y ahora qué? -le pregunté.
- ¿Qué quieres hacer?
- No lo sé ... ¿Y tú?
- Tampoco lo sé.
- Pues estamos bien...-dije en tono irónico.
- Solo sé que te quiero... Y tú a mí, ¿me quieres?
- Mucho. Pero mis dudas y tu inseguridad hace que no me atreva dar el paso.
- Dame tiempo, no puedo, ni quiero, dejarte escapar.
- Tengo toda la vida para ti.
- Te quitaré las dudas, te demostraré que te quiero de verdad.
- Y yo estaré ahí para quitar todas las inseguridades. -sonreímos las dos.
-¿Cuándo vuelves a Málaga?
- Mañana...
- Vente a mi casa.
- No puedo... tengo compromisos. Bájate conmigo.
- Tengo concierto...-el silencio se apoderó de las cuatro paredes. No queríamos separarnos.- ¿Cuándo nos volveremos a ver?
- ¿En la presentación de los premiados de Cadena Dial?
- Cierto, tengo una idea.
- ¿Cuál?
- Vente unos días antes y te quedas en mi casa. Esa semana la tengo libre.
- Me parece perfecto.
Se acomodó en la cama teniendo mi brazo como almohada. Me pidió que le contase alguna historia para poder dormir. Y yo empecé a repasar nuestra historia en modo de cuento. Hasta que su cuerpo cansado quedó dormido sobre mí. Un momento mágico. Esta noche volvía a sentir que me protegían y volví a sentir que la protegía. Estando ella entre mis brazos no le tenía miedo a nada. Ni siquiera a la muerte. Porque estando sin ella era una muerte en vida. Ella era mi luz. Quien me daba toda la felicidad. Y a su lado cualquier problema se volvía en pequeñeces. Ninguno de mis sueños le haría justicia a la realidad que vivo con ella.
Al despertarme la vi dando zancadas por la habitación.
- Un poco más tarde. -la oía hablar.- Perfecto. Hasta luego. -se giró y me vio mirándola.- Buenos días preciosa.
- Buenos días. -se subió de nuevo a la cama, acercándose a mí para besarme.- ¿Algún problema?
-Nada, se extrañaron al no verme en el hotel. Pero tengo buenas noticias.
- ¡Cuenta!
- Voy a pasar el día en Barcelona con lo más bonito de toda la península.
- ¿Con quién? -dije algo celosa.
- Contigo idiota.
Que monas son. Despacito y buena letra. :) Esperando el siguiente.
ResponderEliminarDiiiiios que adorable sydvvwhsbshbdhsbsudsbsh
ResponderEliminarLo que más me gusta es lo real que llega a ser, hay algunas novelas que van demasiado rapido... Me encanta sigue así espero deseosa el siguiente.
ResponderEliminarEs genial, que bonito es imaginarse la escena. Escribe pronto !
ResponderEliminar