martes, 11 de noviembre de 2014

Capítulo 13. Dieciocho minutos.

Como suponía no iba a ser fácil contárselo. A cada palabra que decía menos gesticulaba, empezaba a tener realmente miedo. No sabía bien cual sería su reacción, si le daría igual, si enfurecería, si me pegaría. No tenía ni idea. 
- Es increíble Vanesa.. -me dijo agachando la cabeza..
- Lo siento..
- ¿Sabías todo esto desde un principio y has permitido que me enganche? 
- No sabía que te ibas a enganchar tanto, que nos íbamos a enganchar tanto.
- Joder, ¿ahora eres tonta o qué?
- No me digas eso..
- A ver Vane, es de cajón que si me gustas y estando como estamos nos íbamos a acabar enganchando. No hay que ser muy listo para saberlo...
- Puedo subir a Madrid cada vez que quieras gorda...
- No me llames gorda que estoy enfadada.
- Malú. -rectifiqué.
- No es que vengas a Madrid o yo baje a Málaga. Somos amigas, no novias. No tenemos porque debernos eso de juntarnos cada equis tiempo. Aquí en Madrid lo hemos hecho porque vivíamos las dos en la misma ciudad. Y esto que tenemos, que sepa Dios como se llama, es mucho más fácil mantenerlo. Y no es que vengas a Madrid, es que no te voy a tener aquí. Además te vas a Malpensa a grabar el disco y eso no son 600 kilómetros, si no más. ¿Qué hago yo cuando te eche de menos? Ya no puedo plantarme en tu casa que me pilla a 15 minutos como mucho. Yo no creo en las relaciones a distancia, y esto ni es una relación. ¿Quieres decir algo o te vas a quedar callada toda la noche? 
- Es que no puedo decir nada, veo que tu tienes todo muy claro. 
- Podemos intentar ser amigas. 
- Malú, yo no puedo ser amiga de alguien a la que cada vez que veo se me para el mundo.
- No me digas eso Vane.. -empezó a llorar conmigo.
- Es verdad, hemos vivido unos 4 meses maravillosos. Y yo no los puedo olvidar en dieciocho minutos. No puedo olvidarte en dieciocho minutos. 
- Ha sido muy bonito Vane, yo no cierro tu puerta. Pero ahora mismo no podemos hacer nada. 
- ¿Te puedo besar por última vez? -le pregunté llorando. 
- Ven aquí anda. -dijo abrazándome y poniéndome en su pecho.- ¿sabes una cosa? Eres lo mejor que he conocido, de verdad. Prométeme que no vas a cambiar ni un matiz. 
- Te lo prometo. ¿Te puedo pedir que me prometas tu también algo?
- Depende de lo que me pidas. -se rió a la vez que lo decía. Y por primera vez su sonrisa me hizo daño. Daño porque se me escapaba.
- Quiero que me prometas que nunca vas a olvidar esto, que no me vas a olvidar. 
- Te lo prometo. - me besó al decirme esto último. 

Malú no quiso quedarse a cenar, decidió que era lo mejor para las dos. Se despidió y me deseó buena suerte para el disco. 
No me apetecía ni cenar, así que me acosté y ya mañana sería otro día.
En esos días estuve ultimando mi maleta para que no me faltase nada. Y llegado mi día de partida antes de irme a Málaga sentí un impulso grandísimo de ir a verla. Y eso hice. Me planté en la puerta pero no contestaba nadie, así que le escribí una carta para dejársela en el buzón. 

La carta decía : 
Malú, mi querida Malú. 
He venido a despedirme pero no estabas. He sentido el impulso de verte y no pude controlarme. Llevo 4 días sin ti y no sabes lo mucho que te echo de menos. No sabía bien que te iba a decir, ni como, ni si me iba a atrever a decírtelo todo. Te quiero agradecer cada momento vivido, todo lo que has hecho por mi. Te debo tantísimo. Gracias por creer en mi más que yo. Gracias por cada palabra y por esos consejos que absorbo en modo esponja. Gracias por darle color a mis días y esa luminosidad a todos nuestros momentos. Nunca he encontrado a alguien como tu y ahora que te encontré te he tenido que dejar escapar. Quiero explicarte el por qué no te dije nada de que me volvía a vivir a Málaga. Por lo que ya te he dicho tantas veces. He sentido en cada momento vivido juntas que eras tú la persona que me tienen preparada, aunque no hayamos sabido aprovecharlo. Me daba pánico perderte porque nadie me ha aportado tanta felicidad. Y tu con tan solo mirarme me llenabas. Quiero pensar que este no es nuestro momento y que el destino nos volverá a unir. Porque no puede terminar algo que ni ha empezado. Te quiero. Te quiero muchísimo. Y estaré esperándote hasta que quieras intentarlo. O hasta que el destino diga que es nuestro momento. Nos vemos cuando el camino decida que volvamos a coincidir. Me has marcado mucho y estas marcas invisibles en mi piel solo tú las puedes curar. Hasta entonces Malú.
Te quiero.

2 comentarios:

  1. Me la acabo de leer del tirón y me encanta. Ansiosa esperando el siguiente capítulo.

    ResponderEliminar